La inflación es lo que más “nos golpea”, reconocen muchos, aun sabiendo que se denomina así, o aun sin saber esa denominación, pero sintiendo el duro peso de sus consecuencias en el bolsillo y en el plato de la mesa.
La inflación es el resultado del desequilibrio existente entre la producción y la demanda; por lo que el efecto más visible es la subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.
Esto quiere decir, que hay poca oferta de productos o servicios y una alta demanda de ellos. Ejemplo, la carne de puerco, el pan, el arroz, los frijoles, el transporte, los medicamentos, la leche, etc. Por otro lado, se expresa en la existencia del producto, pero el dinero no nos alcanza para adquirirlos, pues sus precios son “prohibitivos” para la inmensa mayoría, sobre todo los jubilados, pensionados, asistidos socialmente y los que devengamos salarios por vía presupuestaria y hasta empresarial, sobre todo los del sector estatal.
¿Cómo se llegó a la inflación actual en Cuba, quiénes son los responsables? Las causas identificadas, como me gusta decir, no por “criterio de bodega”, sino por las ciencias económicas, son tres:
- En poca medida, pero causa al fin, está una distorsión en la aplicación de la Tarea Ordenamiento, que concibió desde su concepción “un porciento manejable de la inflación”: subida de salarios, pero también de preciso a productos y servicios, de este último recuérdese la polémica en torno al incremento de la tarifa eléctrica, que tuvo que ser corregida inmediatamente.
- La pandemia de Covid-19. Provocó la parada global de las producciones de bienes y servicios durante dos años y posteriormente sus negativas consecuencias en todo el mundo, especialmente en Cuba que depende sus principales fuentes de ingresos de los servicios del Turismo, la Colaboración Internacional, sobre todo de la Salud y otras técnicas y la importación de la totalidad de los productos que conforman la Canasta Básica Familiar y las materias primas para sostener la alimentación y los medicamentos, en donde el 60% de estos últimos se producen en Cuba, pero con materias primas del exterior. En el caso de ese mundo con el que estamos objetivamente conectados, está más golpeado con la inflación que en Cuba.
- La Crisis General Sistémica del Capitalismo Global que, bajo la tiranía de un Orden Económico, Financiero y Comercial Injusto, hegemónico, con Estados Unidos a la cabeza y privilegiando el uso del dólar como moneda internacional de cambio, de chantaje y coerción económicas, ha resentido los propios cimientos de esas, aun dominantes estructuras, pero que para salvarse han arreciado sus mecanismos de dominación y desestabilización mundial. Los efectos más visibles son las brechas abismales entre países, familias e individuos, minoritariamente súper ricos y naciones y pueblos, cada vez más súper pobres; en el aumento y ahondamiento de los males sociales y en la apertura de una nueva era de guerras y carreras armamentistas. Sin olvidar la catástrofe ecológica que nos golpea.
- La Guerra del Occidente imperialista y la Otán contra Rusia y el escenario de guerra en Ucrania. Allí está el “granero del mundo” y fuente importante del mundo de los fertilizantes, combustibles y otras materias primas básicas para la alimentación global.
- El Bloqueo Económico, Financiero y Comercial reforzado con 243 medidas coercitivas desde hace 3 años, que nos negó hasta el oxígeno medicinal en el momento más crítico de la covid-19, e impidió que entrara mediante la solidaridad de pueblos, gobiernos, cubanos patriotas del mundo y amigos. A ello se le suma su diabólica combinación con la guerra cultural, cognitiva y psicológica, para subvertir el orden constitucional del país, provocar el caos, la desesperación, la desesperanza y la autodestrucción de la Revolución, sus conquistas sociales y la pérdida de la independencia y la soberanía. La idea es restablecer el capitalismo en Cuba y aceptar la dominación imperialista yanqui.
(continuará el próximo lunes)