Cuando se trata de la significación de nuestras guerras de Independencia, Restauración, y abril del 65, su recuerdo toca lo más profundo del alma, pensamiento y orgullo nacionales.
Asi mismo, cuando se ejecuta una guerra sistemática y criminal contra un pueblo hermano, como lo es el venezolano, por el imperio que nos invadió para detener los cambios democráticos, impulsados por el gobierno de Juan Bosch, (que el pueblo dominicano defendió con fuerza), la nación dominicana y su hijos, e hijas ejercemos la justa solidaridad.
Utilizando su decadente poder, esta vez USA emplea todo su aparato mediático y militar, para apoderarse del petróleo venezolano, reserva estratégica para la mayoría de su pueblo, retrotrayendo la región, con la fuerza bruta, a los pueblos de América, a la política donde USA imponía su voluntad sin importarle las funestas consecuencias que destrozan la vida de los venezolanos. Un regreso a la Doctrina Monroe de “América par los norteamericanos”.
Cuando el Sr. presidente Luis Abinader, quien sabe muy bien de que lo que se trata es de robarle el petróleo a Venezuela, le cede el uso del Aeropuerto de las Américas y de la Base Militar de San Isidro, a Norteamérica, para facilitar la agresión contra el pueblo venezolano, y posteriormente posiblemente el cubano, el pueblo dominicano, que ha recibido en sus momentos más difíciles la solidaridad del pueblo de Venezuela, le dice al Sr, Presidente: Luis Abinader
! No! No estamos de acuerdo. No le podemos facilitar esta agresión a quienes nos invadieron militarmente para frenar los cambios democráticos impulsados por la gloriosa Guerra de Abril, que este año cumple su 60 aniversario.
Ser presidente de un país no es una licencia para imponer la política de una nación agresora, contra un pueblo con el cual estamos hermanados desde Simón Bolívar. Y ni hablar de Chávez.