Cómo alimentar la ignorancia produce odio/I. Por Ramón Pedregal Casanova

Cuba tiene en habitantes 25 veces menos que EEUU, la isla es otro montón de veces más pequeña que el territorio yanqui, y sin embargo, en proporción, ha sufrido más muertos y heridos en actos terroristas organizados por el régimen estadounidense que el mismísimo ejército yanqui durante su invasión de Vietnam. ¿Sabían eso?, ¿han pensado ustedes en ello?, deténganse en el dato, difúndanlo porque el ejército imperial de guerra propagandística lo calla. El terrorismo estadounidense ha marcado los cinco continentes, no los vamos a enumerar aquí, no podríamos hacer otra cosa, pero si debemos detenernos en sus últimas acciones inhumanas contra Cuba. ¿Cómo les suena ¡trump!?, ¿no lo leen y les suena a ruido, a estampido de bomba?, así es, ¡trump! El que fue presidente con nombre de zambombazo, de explosión, de detonación, el capitalista que tiene diferencias con sus colegas a la hora de cómo explotar a los pueblos del mundo, … ¿saben que ordenó volver a meter a Cuba en su lista ignominiosa de países que les llama terroristas? Eso es un acto para atemorizar a los demás y con sus altavoces difundir el odio. Veremos que lo que promueve es un daño de magnitud terrorista en el pueblo cubano. El golpe de la inclusión de Cuba en la lista que el yanqui inventa diciendo que son protectores y difusores del terrorismo nos habla del odio que los gerifaltes yanquis tienen y quieren propagar entre las gentes sencillas, ¿saben por qué?, porque les resulta insoportable que haya pueblos que se respetan a ellos mismos, que trabajan en común para el bien común, aunque como en el caso de Cuba debido al bloqueo ilegal y genocida, lo poco de que disponen es para todos. El bloqueo a Cuba es la prueba de su infinita bilis podrida en su estómago, es la prueba de su incapacidad para dar nada bueno a los pueblos. A la bilis podrida que destila el imperio en esa lista de países terroristas, se manifiesta en su Ley Helms Burton, con ella se encumbra como el mayor terrorista del mar y del aire, pretendiendo arrinconar con castigos multimillonarios a las empresas que se acerquen a Cuba o que inviertan en Cuba, además de perseguir a sus directivos.

El grupo terrorista estadounidense afincado en la guarida que se conoce como Casa Blanca, no quiere que Cuba tenga ni siquiera visitas turísticas, lo dice a todos y cada uno de nosotros, ¿no le parece a usted que lo que hace el régimen impuesto en EEUU es el de un filibustero apostado en los caminos del mar y el aire de las Antillas? Pero no nos olvidemos de lo firmado por ese con nombre de explosión, ¡trump!, puesto que a todo el bloqueo que lanzaron, firmado por Kennedy, el 7 de febrero de 1962, añadió otras “243 medidas sancionadoras”. Entre toda esa barbarie se reconocen vías maestras, con ellas trata de cerrar las puertas a las operaciones de pagos y recepción tanto comerciales como envíos personales. Trata de impedir que Cuba pueda operar en el mundo como cualquier otro país. A ese acto terrorista el imperio suma más bombas: no quiere que nadie se acerque a Cuba, ninguna empresa, y carga su cañón con multas y cierre de puertos estadounidenses, impide el más mínimo movimiento para causar trastornos al pueblo de la Isla Rebelde. Y a los turistas también, el filibustero se atreve a decirles “si ha visitado Cuba aquí no entra usted”. ¿Y qué le vamos a decir los demás a ese grupo de multimillonarios estadounidenses?: que si se creen tan necesarios están muy confundidos, que ya son conocidos por sus crímenes, su avaricia y sus experimentos criminales para la guerra biológica en los cinco continentes, son conocidos por su inhumanidad llevada al último extremo con la mismísima Covid, que mató a millones de personas. No se puede ignorar la información sobre el caso, https://sputniknews.lat/20220804/defensa-rusa-el-coronavirus-podria-haber-sido-creado-en-los-biolaboratorios-de-eeuu–1129007365.html . Pero la maldad que expanden sobre el mundo la han extremado en el caso de Cuba: desde el principio los washingtonianos han impedido el conocimiento de lo que hacen contra el pueblo cubano, para ello cuentan con esas empresas de guerra propagandística mediante las que han pretendido taparlo todo, robando el conocimiento, normalizando y blanqueando cada uno de sus actos contrarios al Derecho Internacional y a los Derechos Humanos, fomentando la ignorancia de las gentes y desde la ignorancia levantar en los demás el odio que los imperialistas llevan consigo. Con su propio odio al pueblo cubano le han llegado a robar hasta los medicamentos contra la Covid, han impedido que llegue al pueblo hasta una simple mascarilla. La depravación del yanqui está más que demostrada, no tiene límites, es el actor terrorista por excelencia.

El mundo, va camino de sobreponerse al terrorismo imperial, se abre paso la multipolaridad: viajen a Cuba, la nación que no invade a nadie, que no ataca a nadie, la nación pacífica y que, a pesar del sufrimiento que le causa el terrorismo estadounidense, mantiene a su población haciendo camino siempre a la mayor igualdad, ya saben que ha triunfado en referendum el Código de Familia. Cuba merece más que nadie el amor solidario de los pueblos, de los antiterroristas, ¿y sabe que le digo?, que les den morcilla a los cuatreros imperiales.

Pero, no dejemos las cosas aquí, sigamos hablando de los cantamañanas que agitan las consignas que les dan sus amos. Con semejante veneno pretenden robar el litio de los cerebros humanos, conforme los vacían los funden en los hornos de la ignorancia para obtener el odio a los iguales, a los comunes, a los que ellos quieren esclavos: les enferma que Cuba tenga médicos, les enferma que los médicos cubanos no trabajen para enriquecer al poder imperial, les enferma que los médicos cubanos atiendan a los pueblos que necesitan un médico. Al alacrán, al gusano, cierra la muralla. ¿Saben que cuando algunos de esos alacranes necesitan de un tratamiento médico se aprovechan de la generosidad de la Revolución y acuden a los médicos de Cuba?, ¿y saben por qué?, porque la medicina cubana es reconocida como la mejor del mundo, y además es social, es universal, es gratuita.

Biden, continuador del terror trumpista, mantiene el bloqueo y las “243 sanciones” que impuso el dictador anterior, ellos se turnan, ya sabe usted, conózcalas: https://misiones.cubaminrex.cu/es/articulo/conozca-las-243-sanciones-de-trump-contra-cuba-adicionales-al-asfixiante-bloqueo , y Biden ha añadido un último ataque al turismo, sabe que es un recurso para el gobierno revolucionario y quiere cortárselo, ansía hacer más y más daño, le gustaría robar el litio de la cabeza de ese pueblo, volverlo loco para que se ataque a si mismo, es tan criminal que quiere cumplir lo que el consejero presidencial aquél Kennedy, decía que había que matar de hambre a ese que levanta ejemplarmente, con sus manos y a corta distancia, la muralla de humanidad. Tenga una cosa más en cuenta, entre esas manos que alzan con valor la muralla, son bien conocidas las de médicas y médicos de Cuba.

No lo olviden ustedes, no permitan que les vacíen el cerebro, sepan lo que es Cuba: …, pum, pum, ¿quién es? la paloma y el laurel, abre la muralla. Pum, pum, ¿quién es? el alacrán (gusano) y el ciempiés, cierra la muralla. Pum, pum ¿quién es? al corazón del amigo abre la muralla, al veneno y al puñal cierra la muralla, al viento y la hierbabuena abre la muralla, al diente de la serpiente cierra la muralla, al corazón del amigo abre la muralla, al ruiseñor en la flor. Alcemos esta muralla juntando todas las manos, juntando todas las manos, los negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos.

Seguimos en la segunda parte de “Cómo alimentar la ignorancia produce odio”, y en ella encontraremos vasallos del imperio queriendo dañar la admirable imagen de los médicos cubanos.