Graziella PogolottiGraziella Pogolotti
Graziella Pogolotti
Graziella Pogolotti

Me releí el discurso de Fidel hace 25 años y creo que vale la pena mantenerlo como un documento de referencia, en una etapa que es aún más difícil que aquella. Como siempre ocurre en el caso de Fidel, nos ofrece un modelo de análisis. En aquel momento, aludía al tema del desastre de las liberaciones y sus consecuencias, hoy, se ha vivido una expansión que está latinoamerizando a Europa.

Otra referencia para recordar, que es un material de cabecera, para toda la izquierda, es Nuestra América, de José Martí. Martí, como se sabe, es un genio que traspasó todos los tiempos, y todo en aquel entonces. Aunque no lo expresara explícitamente, tuvo una intuición antropológica de la cultura, absolutamente evidente en el día de hoy.

En el primer párrafo de Nuestra América dice: «los pueblos que no se conocen habrán de aprender a conocerse». Más adelante, se refería no solamente a los héroes de la Patria, sino al indígena silenciado y al negro que canta en su soledad.

Me gustaría mucho que en algún momento, algún colega mexicano, preferentemente antropólogo, ofreciera una explicación de las claves de esa victoria de López Obrador. Tengo la impresión, no lo sé, de que entre todos los factores que pueden haber intervenido, y que yo desconozco, tiene que haber habido uno de suma importancia, que es el conocimiento de la realidad profunda de México y de las demandas actuales y posibles de ese país.

Me llama la atención que su movimiento se llame MORENA. Es una sigla (Movimiento Regeneración Nacional), pero MORENA también es la virgencita de la Guadalupe y en la Guadalupe hay un elemento de sincretismo. Me encantaría que alguien reflejara esto, porque en esta batalla cultural emprendida por el enemigo, hay que aprender a manejar las herramientas adecuadas, en la forma y, como dijo muchas veces Fidel también, no se puede subestimar al enemigo.

Quizás no se recuerde que, en tiempos de Reagan, cuando al pueblo americano le manipulaban la visión primitiva del comunismo, se elaboraron los llamados documentos de Santa Fe, a los cuales sería bueno regresar. No he olvidado un detalle; en esos documentos se decía que una de las influencias importantes en la intelectualidad de izquierda latinoamericana había sido el pensamiento de Antonio Gramsci. Eso lo entendieron ellos, no lo había entendido todo el mundo en aquel momento. Lo recuerdo, porque insisto, hay que adentrarse en nuestras realidades más profundas para usar las herramientas adecuadas y entender a fondo los términos en que se plantea el vínculo entre sociedad, cultura y política.

Quiero terminar recordándoles que los Chicago Boys tuvieron que imponer el neoliberalismo en Chile a sangre y fuego con todo lo que ocurrió, la caída de Salvador Allende. Desde entonces, se ha elaborado un pensamiento mucho más sofisticado, que invade la academia, contamina el pensamiento, contamina el lenguaje que a veces nosotros mismos usamos sin darnos cuenta, convierte la cultura en espectáculo y crea una profunda y peligrosísima desconfianza en la política.

Valdría la pena analizar en profundidad cómo se está jugando con algo tan sensible como el tema de la corrupción. Tal asunto no es solo para dejar preso a Lula, es también para producir el descrédito, la falta de fe y por lo tanto, la falta de esperanza de los pueblos, en su capacidad de participar activamente en la batalla política.

Tenemos que dedicarnos intensamente a elaborar una plataforma teórica, conceptual, que nos permita dar, quizás, la batalla más difícil a la que se ha enfrentado la humanidad.

Fuente: La Jiribilla 

Por REDH-Cuba

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