En los medios de comunicación occidentales se suele definir y presentar la política de Estados Unidos contra Cuba como un “embargo”. Pero, el conjunto de medidas extraterritoriales de persecución económica, comercial y financiera contra Cuba, exceden el plano bilateral, por lo que en realidad constituye un bloqueo[1], puesto que aplica sanciones contra terceros países en sus relaciones con La Habana. En ese contexto, la colaboración médica se ha convertido en los últimos años en una de las principales fuentes de ingreso de Cuba.

A pesar de la hostilidad del gobierno de Estados Unidos y de su campaña por desacreditar la colaboración médica de Cuba, en febrero de 2020 había más de 28 700 colaboradores cubanos en 59 países. Justamente por eso, esta esfera se ha convertido en una de las principales puntas de lanza de esa política contra Cuba. Al respecto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla denunció el 8 de mayo, que la USAID dedicaría 2 millones de dólares adicionales para atacar las brigadas médicas cubanas.

A pesar de ello, Cuba, en varias ocasiones, ha tenido la intención de cooperar con Estados Unidos en materia de salud y se ha demostrado que con voluntad política mucho se puede hacer en ese ámbito a pesar de las dificultades. Durante la segunda administración de Obama existió un buen ambiente para la cooperación en sectores claves como las ciencias y la salud. El inicio del proceso hacia la “normalización de las relaciones” entre ambos países durante los últimos años de la administración de Obama propició una serie de avances en ese sentido. Se reconoció lo que Cuba podía ofrecer en materia de salud por parte de Estados Unidos. Dos de los 22 memorándum de entendimiento que se firmaron entonces fueron en temas de salud.

Entre los ejemplos que pueden citarse figura un programa de becas en biomedicina, viajes que hicieron enfermeras cubanas para compartir sus conocimientos pediátricos en universidades de Georgia o Maryland, el grupo Medical Education Cooperation With Cuba (MEDICC), organización con sede en California que promueve la colaboración en salud entre Estados Unidos y Cuba, donde se solía patrocinar a científicos cubanos interesados en compartir sus conocimientos en Estados Unidos. Un ejemplo de ello fue la experiencia de un grupo de oftalmólogos cubanos que fueron a Chicago o el de cuatro enfermeras del Hospital Pediátrico William Soler en La Habana que viajaron a universidades estadounidenses para enseñar y aprender sobre el cuidado de niños con problemas congénitos del corazón (MEDICC, 2020).

Estas y otras iniciativas se vieron paralizadas y revertidas a partir del arribo de la administración de Donald Trump. A partir de ese momento el deterioro de las relaciones se ha hecho evidente. Uno de los primeros indicadores fue la acusación contra Cuba de supuestos ataques sónicos contra los funcionarios de la embajada de Washington en La Habana. Los medios de prensa se convirtieron en cómplices del gobierno de Trump, refiriéndose a estos diplomáticos como víctimas y todos siguieron esta línea que Trump difundió para recrudecer las contradicciones y manipular a la opinión pública. A pesar de los esfuerzos de la parte cubana por la participación de científicos de la isla en estas investigaciones, dicha estrategia anticubana no resultó.

En los medios se publicaron noticias falsas sobre el zica para que no viajaran turistas a Cuba. El New York Time publicó un artículo con el titular “Brote de zica en Cuba que no se informó.” El fin era no viajar a Cuba. Esto se convirtió en otro ejemplo en que los científicos no respetaron la ciencia cubana. Otro blanco de los ataques estuvo dirigido contra la OPS que enfrentó una demanda por parte del gobierno de EUA por su participación en la cooperación “Mas Médicos” en Brasil, en la que 45 millones de personas fueron tratados exclusivamente por cubanos sobre todo en el Amazonas.

Así comenzó a tejerse una serie de intrigas sobre la supuesta verdad de los médicos cubanos en el exterior. La isla ha sido acusada, en reclamos presentados por Washington, de «explotar» al personal médico enviado en las misiones. Un informe sugirió que las condiciones de trabajo, los bajos salarios y la coerción equivalían a «esclavitud moderna» o “trata de personas”.

La campaña de Estados Unidos contra los médicos cubanos se ha intensificado en medio de los recientes cambios políticos en América Latina, que han llevado a la expulsión de las misiones de varios países, incluidos Bolivia y Brasil, donde los gobiernos de izquierda han sido reemplazados por regímenes de derecha estrechamente alineados con Trump y Washington. Ha sido precisamente en estos países donde más ha impacto la actual pandemia del coronavirus.

La cooperación médica cubana en el contexto de la COVID-19

Uno de los 85 profesionales cubanos de la salud que prestan su ayuda en Perú. Foto: Foto@EmbaCubaPeru.

En el difícil contexto de la pandemia desatada por la COVID-19 y de la hostilidad del gobierno de Estados Unidos, el 18 de marzo de 2020, salió de Cuba, la primera de las 22 brigadas médicas que prestarían sus servicios contra esta enfermedad.

De forma paulatina, más de  1 466 profesionales de la salud cubanos, integrados en 23 brigadas médicas «Henry Reeve», partieron a 22 naciones de Europa, América Latina y el Caribe, África y Medio Oriente, para reforzar los sistemas de salud en el combate contra la pandemia, cifra que siguió creciendo. Tras la salida del último grupo de médicos cubanos (26 de junio) hacia un país africano y dos territorios caribeños, Cuba tenía un total de 38 brigadas en 31 países integrada por un total de 3 440 especialistas de salud para enfrentar la pandemia[2]. Es de destacar que más de 45 países del mundo han solicitado ayuda de los galenos cubanos. La mayor cantidad de dichas brigadas médicas está en América Latina y el Caribe, seguido por África y por primera vez, una brigada había llegado a Europa.

La retribución económica de la colaboración médica cubana ha sido uno de los temas más polémicos y espinoso de los últimos años. Este en particular ha sido muy politizado, en función de deslegitimar el sistema político cubano, teniendo en cuenta de que se trata de uno de sus principales pilares. Sin embargo, la retribución económica no es lo que distingue a la colaboración médica. En la actualidad, existen tres modalidades de cooperación que también se utilizan frente a la pandemia de COVID-19: 1) Cuba asume los gastos cuando se trata de naciones muy pobres; 2) los gastos se comparten con el país receptor de la colaboración; 3) la Isla recibe ingresos.[1] Al respecto, un reciente ejemplo de ello lo argumenta el Dr. Carlos Pérez Díaz, al frente de la brigada cubana en Lombardía, quien informó a la prensa local:

“No hemos discutido ningún tipo de pago. Estamos aquí para colaborar, el gobierno italiano nos ha asegurado alojamiento y comida. Nuestra acción en esta región es puramente solidaria”. (Pérez, 2020).

En el contexto de la actual pandemia, nuevas amenazas recaen sobre Cuba y el mundo en relación a la cooperación médica desarrollada. Un grupo de senadores republicanos en Estados Unidos presentaron el 17 de junio de 2020 un proyecto de ley para castigar a los países que contraten misiones médicas de Cuba al considerarlos cómplices de la “trata de personas”. Al frente de las acusaciones se encuentra el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, quien describió el despliegue de médicos cubanos en países desde Venezuela hasta Brasil y Ecuador como “una interferencia siniestra en sus asuntos” y felicitó a los países, como Bolivia, que los han expulsado. Pompeo ha sido respaldado por otros altos funcionarios y agencias estadounidenses, incluido el Subsecretario de Estado, Michael Kozak, quien también se ha aferrado a los recientes reclamos sobre las condiciones de trabajo de los médicos.

En esta difícil coyuntura Cuba mantiene su convicción y compromiso de solidaridad con el mundo, incluido Estados Unidos. Este país impidió la entrada de un cargamento de ayuda procedente de China a través de la empresa Alibaba y torpedeó la negociación con otras empresas para adquirir material necesario para enfrentar la crisis y por tanto hace que este tipo de negociaciones sean desgastantes por la parte cubana. A pesar de eso, al igual que en otras ocasiones, La Habana brindó, desde el inicio, su apoyo a Washington en medio de la actual crisis sanitaria, así como ha auxiliado a muchos otros países, entre las que se destacan los pasajeros del crucero británico MS Braemer que atracara en costas cubanas a pesar de tener al menos cinco casos confirmados de coronavirus a bordo y otros 52 pasajeros que presentaban síntomas. El barco, con más de 600 pasajeros principalmente británicos, había solicitado ayuda tanto de Cuba como de los Estados Unidos. Luego de estar anclado en el Caribe durante cinco días buscando un lugar para atracar, puedo llegar a Cuba. Este hecho fue otro de los tantos que ha sido manipulado para deslegitimar la imagen de Cuba ante el mundo.

La verdad se impone ante la avalancha de las fakenews sobre la verdadera historia diaria de los médicos cubanos en el mundo. Los que han conocido el proceder de cada médico, enfermero, especialista cubano o el sacrificio de nuestros científicos en búsqueda de vacunas o medicamentos preventivos, saben que verdaderamente merecen el premio Nobel de la Paz, que más de 40 organizaciones sociales, políticas y sindicales de Europa han reclamado para las Brigadas médicas cubanas Henry Reeve que enfrentan la COVID- 19. Durante 57 años los profesionales de la salud cubana han prestado sus servicios a los pueblos de África, Medio Oriente, América Latina, Asia y Europa. Hay que preguntarles a los enfermos atendidos por el personal médico cubano cual ha sido su realidad. Ahí está la verdad de los médicos cubanos. Los pueblos pueden estar engañados, confundidos, pero cuando sienten el decoro y el humanismo de quienes los atienden y tratan como seres humanos, entonces no olvidan nunca. Este es el objetivo principal del presente material: indagar en los antecedentes y características de la cooperación multifacética de Cuba por el mundo y en especial frente a la Covid-19.

[1] Ver: Intervención de Marcía Cobas, Viceministra de Salud Pública, en el programa Mesa Redonda, marzo.2020.

[1] Solo en el sector de la salud pública, esta política de Estados Unidos ha causado, entre abril de 2018 y marzo de 2019, pérdidas valoradas en 104 148 178 dólares, es decir: 6 123 400 dólares más que en el año precedente. Ver: Report by Cuba on Resolution 73/8 of the United Nations General Assembly. “Necessity of ending the Economic, Commercial and Financial Blockade imposed by the United States of America against Cuba. July 2019. Minrex, p.11.

[2] Médicos cubanos: contundente respuesta de humanismo frente al imperio. La Habana, Agencia Cubana de Noticias (ACN), 30 de junio de 2020. Disponible en:http://www.acn.cu/salud/66899-medicos-cubanos-contundente-respuesta-de-humanismo-frente-al-imperio?fbclid=IwAR32YKyPcvisdXh_f7vhE

Fuente: Cubadebate

 

Por REDH-Cuba

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