En medio del circo electoral, tan ayuno de propuestas e ideas políticas, y tan pletórico de violencia homicida, conviene recuperar algunos ejes que tienen que ver con el lado oscuro de la plutocracia. Para preservar sus intereses y dominio clasista, las grandes corporaciones necesitan estructuras que les permitan pensar futuras estrategias de expansión del capital. Sus institutos, fundaciones, think tanks y foros son los lugares de encuentro para elaborar visiones comunes y una cooperación entre sectores del poder económico, político, militar, comunicacional, normalmente considerados como separados e independientes. Esa simbiosis alrededor de la visión del capital intraplutocrático se hace sin control ciudadano/democrático. Y cuando un miembro de esas estructuras estratégicas toma el poder, aplica las propuestas discutidas previamente por el sector financiero y los grandes fondos de inversión y las agencias gubernamentales del hegemón del capitalismo, Estados Unidos, haciendo de los intereses económicos de la plutocracia el norte de toda política pública por encima del interés colectivo de los pueblos que eligen a sus representantes.
Para que los pueblos no se rebelen y no se conviertan en un obstáculo, el control ideológico es fundamental. Las operaciones sicológicas y la guerra de la (des)información es asumida tanto por oficinas y agencias del Estado imperial (el Departamento de Estado y su red de embajadas y consulados; la Agencia Central de Inteligencia [CIA]; la Agencia para el Desarrollo Internacional [Usaid] y la Fundación para la Democracia [NED], ambas tapaderas de la CIA; la Agencia Informativa de Estados Unidos [USIA] y la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales, etcétera); agencias de relaciones públicas
(propaganda) como Edelman, BCW (Burson-Marsteller, Cohn, Wolfe) y Hill+Knowlton, como por las compañías hegemónicas privadas conocidas como medios de comunicación
: AT&T Inc. (DirecTV, WarnerMedia, DC Entertainment, CNN, HBO); Comcast (NBC, Sky, Telemundo); The Walt Disney Company (American Broadcasting Company [ABC], Marvel, ESPN, 20th Century Fox); Viacom Inc./CBS Corp. (Paramount Pictures, MTV); Alphabet Inc.; Facebook; Apple Inc.;Verizon, pertenecientes a un puñado de plutócratas que han invertido en el sector para influir y orientar
a la llamada opinión pública mundial. Para mantener a la chusma a raya
−Noam Chomsky dixit− mediante la manipulación, la desinformación y el entretenimiento
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Los medios son el soporte de los intereses del poder y a menudo distorsionan los hechos y mienten para mantener esos intereses a través de la fabricación del consentimiento y todo un sistema de adoctrinamiento; para el control elitista de la sociedad. La domesticación de los medios de la periferia desde los centros de poder hegemónico, vía los principales diarios, revistas, agencias, radios y televisoras al servicio de la plutocracia ( The New York Times, The Wall Street Journal, Financial Times de Londres, ABC, CBS, CNN, Fox, NBC, Bloomberg, AP, UPI, Reuters, Televisa, etcétera), genera una mentalidad de manada: no se debe discrepar con el consenso. Lo que implica un modelo de propaganda que se opone al derecho del ciudadano a ser informado. Y cuando el control ideológico no funciona, queda la represión y el delito de pensar diferente.
Además, las corporaciones de la plutocracia y el Estado imperial suelen utilizar la injerencia: la intromisión en los asuntos internos de otro país, generalmente sin autorización y con la intención de desestabilizarlo y/o dominarlo, y la subversión, esto es, el intento por derrocar estructuras de autoridad (un gobierno o Estado) mediante la erosión de las bases del régimen considerado enemigo o blanco de la acción, y la creación de conflictos entre miembros de la sociedad mediante acciones violentas y/o destructivas: golpe de Estado, operaciones de guerra sicológica, infiltración y penetración de agentes clandestinos o contratistas, incursión de mercenarios y paramilitares; guerras mediáticas, híbridas; el bloqueo y las sanciones económicas; el uso indebido de instrumentos jurídicos lawfare) y la ley como arma para infundir miedo ( lawfear); sabotajes; declaraciones hostiles y otras actividades ejecutadas con la asesoría, financiamiento y dirección del gobierno de EU; las concebidas políticas de cambio de régimen
contra Cuba, Venezuela, Bolivia, Irán, etcétera.
La subversión suele ser encubierta, silenciosa y ejecutada por una amplia red de actores, personas, instituciones supuestamente independientes (Cato Institute, American Enterprise Institute, Red Atlas [familia Koch, ExxonMobil], el Instituto para una Sociedad Abierta del especulador George Soros, Transparencia Internacional, Human RightsWatch, Artículo 19, etcétera), empresas, agencias gubernamentales, fundaciones (Ford, Rand Corporation, FreedomHouse), medios de difusión masiva y organizaciones no gubernamentales auspiciadas por el neoliberalismo y financiadas desde los centros del poder hegemónico.
A escala local, los empresarios Claudio X. González Laporte (Kimberly-Clark), Alberto Baillères (Grupo Bal), Germán Larrea (Grupo México), Antonio del Valle Ruiz (Mexichem), Joaquín Díez Morodo (Banamex, Fundación Maelva), Alejandro Ramírez (Cinépolis), Eduardo Tricio (Lala), los hermanos Torrado (Fundación Alsea)y Agustín Coppel (Grupo Coppel) son los principales contribuyentes de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), de Claudio X. González Guajardo, y/o están vinculados con centros de pensamiento como el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), el Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora (IPEA), Funsalud, Ethos, Mexicanos Primero, México Evalúa, Integralia (Luis Carlos Ugalde), Transparencia Mexicana (Federico Reyes Heroles), avalados por el Consejo Mexicano de Negocios, el Consejo Coordinador Empresarial (CCM) y Coparmex, y financiados desde el exterior por la Usaid, la NED y Atlas. La derecha empresarial y tecnocrática cuenta con intelectuales orgánicos como Héctor Aguilar Camín ( Nexos), Enrique Krauze ( Letras Libres), María Amparo Casar (MCCI, IMCO), Leo Zuckerman y Jorge G. Castañeda (Televisa), Juan Pardinas ( Reforma), y participará en los comicios del 6 de junio a través de la coalición Va por México (PRI, PAN, PRD).
Fuente: La Jornada