“El 4 de febrero fue un día que generó fuerzas que todavía están en expansión, el 4 de febrero no ha terminado, su espíritu insumiso debe acompañarnos cada día, porque los poderes que enfrentamos desde hace más de dos décadas persisten aún en su intento de detener el curso de la historia en Venezuela, en nuestra América y en el mundo, son los poderes que amenazan con destruir a la humanidad y el planeta. El por ahora de hace 21 años es hoy un para siempre del pueblo bolivariano”.
Comandante Hugo Chávez. La Habana, 4 de febrero de 2013
4F.El golpe del 92. Por Stella Calloni
En este tercer capítulo de mi libro que contiene además trece entrevistas con el Comandante Hugo Chaves Frías, la primera en julio 1994 en Caracas, publicada en La Jornada de México, que causó impacto por las definiciones antiimperialistas y de raíces revolucionaras, al que querían presentar como un militar golpista, como los que sembró EE.UU. en Nuestra América.
Incluso el manifiesto de Chávez fue rápidamente sacado de circulación porque estaba muy claro que se trataba de un alzamiento cívico militar con apoyo popular ya que llegó como una respuesta de militares jóvenes a la brutal represión a un pueblo que se levantó en febrero de 1989, en el primer gran levantamiento contra el neoliberalismo sin anestesia que intentó imponer el presidente Carlos Andrés Pérez a escasos días de asumir el gobierno.
4 F y cambio de época. Por Luis Britto García
La sublevación popular, derrotada a sangre y fuego, detona un Cambio de Época por su repercusión en tres sectores. El pueblo pobre y marginado adquiere conciencia de su formidable poder, que ejerce en movilizaciones constantes y negándole el voto a los partidos populistas, que desde entonces desaparecen del campo político: la abstención para las presidenciales casi se duplica, de 18,1% en 1988, a 39,8% en 1993. La izquierda, una fracción de la cual se había diluido en intentos de mimetizar el populismo, comprende que transar con la burguesía es el suicidio, y profundiza su compromiso revolucionario. Y el ejército, que incluía efectivos radicales desde los tiempos de la lucha armada de los sesenta, intensifica la integración de sus cuadros internos nacionalistas, anti imperialistas y progresistas, y en coordinación con grupos de izquierda lanza la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Ésta fracasa por una delación que permite al poder privar de comunicaciones y municiones a los insurrectos, y por la imperfecta coordinación con las organizaciones populares, pero la derrota militar se vuelve triunfo político. Tras pagar con prisión su rebeldía, Hugo Rafael Chávez Frías gana con 56,80% la elección de 1998, donde participa 69,45% del electorado. Desde entonces la unión de pueblo, partidos de izquierda y ejército desafía todos los asaltos durante más de dos décadas. En la unidad e integración de esas tres fuerzas reside su potencia, y la certidumbre de que cada nueva arremetida del neoliberalismo encontrará su respuesta en un nuevo 27 de febrero, en un 4-F nuevo. Bien claro lo dijo Chávez: “Si nosotros no acabamos con el neoliberalismo, el neoliberalismo acabará con nosotros y con el futuro del mundo”.
30 años que van cambiando nuestra suerte. Por Gabriela Cultelli
Pensar en aquel 4 de febrero de 1992, es sin dudas recordar al compañero Hugo Chávez, y para que su remembranza quede en boca de un obrero y luchador uruguayo (Daniel Placeres), utilicemos sus palabras:
“Si lo conocí; una persona extremadamente humana; con una visión de desarrollo; y de transformación como pocos; con una visión de integración para la región impresionante.
Realmente cuando falleció; con él se fueron muchas esperanzas; sueños.” Quede en boca del trabajador su remembranza.
Pero recordar aquella fecha, es también pensar qué significó aquella rebelión para nuestros pueblos. ¿Segundo Moncada? Tal vez, aunque la historia no repite los hechos, o al menos las posibles similitudes se dan en otros estadios del desarrollo, lo que las hace diferentes.
Eso sí, vale la pena pensar y repensar la historia, pues sin ello es imposible situarnos en el presente y proyectarnos hacia el futuro.
El 4 de febrero de 1992 fue el punto de partida de la Venezuela Bolivariana. Todo comenzó con la Operación Zamora, encabezada por el comandante Hugo Chávez Frías y un grupo de sus camaradas dentro de las Fuerzas Armadas, conocido como Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. Y treinta años después del inicio del camino de un pueblo socialista, el país celebra el Día Nacional de la Dignidad.
“La rebelión militar venezolana de 1992 -comentó el comandante Chávez- era inevitable, así como la erupción de los volcanes; una rebelión de este tipo no está decretada, y por eso quiero transmitir un recuerdo eterno a los jóvenes soldados y civiles de las rebeliones del 4 de febrero de 1992 y del 27 de noviembre de ese año que pasarán a la historia…”.
Si observamos la actual situación mundial marcada por la crisis pandémica, no podemos centrarnos solo en la Unión Europea, China y los BRICS, sino que debemos ampliar nuestro horizonte a las experiencias de desprendimiento y transición al socialismo en América Latina, donde la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América es determinada por los principios de 4F.
4F: estocada mortal al neoliberalismo. Por Pasqualina Curcio Curcio
“El cuatro de febrero no solo fue la estocada mortal al puntofijismo, el cuatro de febrero, le dimos también la estocada mortal al neoliberalismo salvaje que casi acaba con los pueblos de este continente (…). El cuatro de febrero detuvo en seco el plan neoliberal de entregar a Venezuela al gran capital transnacional, esa es una de las glorias de aquel día memorable, cuatro de febrero de mil novecientos noventa y dos.” (Hugo Chávez, 4 de febrero de 2002).
El neoliberalismo se remonta a la década de los 70 cuando los Chicago Boys junto con Milton Friedman lo ensayaron en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, y es que solo bajo un régimen represor que haga contrapeso al pueblo y a académicos era posible desarrollar, al pie de la letra, un sistema económico tan salvaje. El sustento teórico del neoliberalismo es el monetarismo. Se basa en la premisa/excusa de que el libre mercado, por sí solo, es el que garantiza la eficiencia económica, por lo tanto, el Estado no debe intervenir en la economía, debe limitarse a lo mínimo.
El día que la patria peligre. Por Alberni Poulot Cumbá
Y para fundamentar ante la Historia la legitimidad de la sublevación militar, encabezada por Chávez, y ofrecer mi opinión sobre la pregunta de si ¿toda acción violenta, armada o no, cívica, militar o combinada, que busque el poder político puede considerarse como golpe de Estado?, nadie mejor que el “Mejor Amigo” que tuvo este, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
Fragmentos del alegato de Defensa por los acontecimientos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba, conocido como “La Historia de me absolverá”[24], sirven también de fundamento jurídico e histórico para justipreciar el verdadero alcance del levantamiento armado del 4 de febrero de 1992 en Venezuela…