•  Se cumplen 60 años de acontecimientos sin precedentes hasta hoy, en que el pueblo de Cuba y su dirección revolucionaria desempeñaron un inolvidable papel, heroico y glorioso, que hizo exclamar a Fidel: ¡”Que hoy, más que nunca, me siento orgulloso de ser hijo de este pueblo!”
  • Los Cinco Puntos de la Paz con dignidad: documento histórico que aún espera por su cabal cumplimiento, sin excepciones.
  • Cuando la consigna de PATRIA O MUERTE se convirtió en una posibilidad y en una realidad dramática y perceptible, con la convicción de que VENCEREMOS.

Para quienes nos encontrábamos en aquellos momentos a decenas de  miles de kilómetros de la Patria, -del escenario principal de los hechos y con pocas posibilidades de comunicación,- fueron jornadas posiblemente más angustiosas y preocupantes. Estábamos seguros, sin embargo, de que la Revolución resistiría el embate criminal e intervencionista y saldría victoriosa, aún pagando un alto costo en vidas y en destrucción de buena parte de la obra social y material que ya se había construido. Esa era la sensación que nos embargaba.

Llegado  ese mes de octubre de 1962, los sucesos presagiaban una agresión militar intervencionista directa por parte del gobierno imperialista de Estados Unidos contra Cuba; se hicieron cada vez más evidentes en todos los sentidos, desde el militar hasta el diplomático. Las medidas de suspensión contra Cuba en la reunión de cancilleres de la OEA (Punta del Este, Enero de 1962) fueron una clara señal de alarma respecto a lo que el Imperio yanqui organizaba y proyectaba llevar a cabo antes de fines de ese año.

La dirección revolucionaria cubana, encabezada por Fidel Castro, iba captando con seguridad y lucidez el terrible mensaje de los imperialistas y también se preparaba y organizaba al pueblo, mientras concentraba los recursos indispensables para la defensa de la independencia y la soberanía de la Patria y las conquistas del socialismo que habíamos ya alcanzado.

La dirección cubana actuaba con firmeza y serenidad y llamaba a la solidaridad internacional, al apoyo de los países amigos, de los partidos políticos y movimientos sociales en todo el mundo. Fue una amplia labor de advertencia y denuncia que tuvo como escenario estelar a las Naciones Unidas y como figura relevante en aquel lugar al canciller Raúl Roa.

Finalmente, como era de esperarse, en la segunda quincena de octubre estalló la crisis y Cuba pasó a ser el punto focal de aquella coyuntura, que se desarrolló vertiginosamente en 15 días y poco más, si añadimos sus secuelas y recomposición posteriores. Los hechos se desarrollaron de la manera siguiente:

Día 14   Descubrimiento del emplazamiento de cohetes soviéticos en la zona de San Cristóbal, Pinar del Río, por el vuelo del avión espía U-2 de Estados Unidos.

Día 20    Reunión del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., decidiendo implantar el bloqueo naval contra la Isla y otras medidas militares, políticas y diplomáticas.

Día 22   El  presidente  John  F.  Kennedy  anuncia públicamente esta decisión  y  sus  causas mediante un mensaje emitido desde la Casa Blanca.

Día 22    En  horas  de  la  tarde,  el  Comandante en Jefe  Fidel Castro  decreta la Alarma de Combate para las FAR y para todo el país; la nación en pié de guerra.

El día 27 la crisis llegó  a su punto  máximo de agudeza, cuando un   cohete antiaéreo  fue disparado por fuerzas soviéticas contra un avión espía U-2   de Estados Unidos,  derribándolo al norte de  la  entonces  provincia de Oriente.

Las baterías cubanas ya habían recibido la orden de disparar contra cualquier vuelo rasante de la aviación  enemiga, lo cual se cumplió en diversas ocasiones en diferentes posiciones.

El día 22 se conoció públicamente que tanto la URSS  como EE.UU. habían tomado iniciativas para una eventual  negociación  y  que  se  hallaba  en  curso  sin  la participación del  Gobierno Revolucionario de  Cuba, a pesar de ser este   país  y  sus   derechos  el  eje fundamental del conflicto  y  el   objetivo contra el cual el gobierno de Estados Unidos alistaba una agresión militar directa.

Como  resultado   de   esa  negociación,  ambas  partes  dieron  a  conocer  la  retirada   inmediata   de  los cohetes de alcance medio e intermedio y  sus  cabezas  nucleares,  que la  URSS  había   instalado  en Territorio de  Cuba  y  la declaración  por parte de Washington  de que  se  detenían  las medidas militares  encaminadas a una agresión militar directa contra la Isla.

Igualmente, Estados Unidos anunció la retirada de los cohetes con cabezas  nucleares instalados en  Turquía,  obviamente   enfilados  contra  el territorio  soviético.   Mucho tiempo más tarde se conoció que Estados  Unidos había retirado también instalaciones coheteriles semejantes que tenía en Italia.

En  el  caso  de Cuba, los estadounidenses incluyeron  con  posterioridad en su pedido de retirada a los cazabombarderos soviéticos IL28 aquí emplazados, lo cual se efectuó, y  también  ejercieron un Reclamado “derecho de inspección”  a  los barcos que en alta mar conducían el armamento retirado, lo cual se cumplió igualmente.

El  Gobierno Revolucionario de Cuba  había  rechazado  ya  oficialmente  y comunicado a la ONU que ese tipo de violación a su soberanía en territorio cubano no se permitiría, pues tampoco estaba contemplada  en  los acuerdos recién  concluidos.  El honor de Cuba, una vez más quedó a salvo.

La noche del 1 de noviembre, Fidel compareció  nuevamente ante la cadena nacional de radio y  televisión con  el propósito de brindar  al  pueblo   cubano y  a  la opinión pública mundial un resumen de lo acontecido en aquellos dramáticos días,  así  como  el  punto  de vista  del Gobierno Revolucionario de  Cuba y sus posibles  consecuencias  para  nuestro  país y para el mundo. Reiteró allí los Cinco Puntos de la paz con dignidad, que se habían dado a conocer el día 28.

Sin  dudas,  fue  una  comparecencia  histórica  y estremecedora, -como otras realizadas en aquellos años por nuestro Comandante en Jefe,- con el añadido de que esta vez estuvo en  juego como  nunca antes, -según el escritor Gabriel García Márquez,- no solo el futuro de nuestro país sino el destino de la humanidad entera.

Sesenta  años  después, la naturaleza,  la agresividad  y la codicia del imperialismo yanqui no han cambiado y es  necesario   mantenerse alertas y vigilantes, resistentes  y creativos,  con la dignidad y la firmeza que caracterizaron a los que el Che llamó “los días luminosos y tristes de la crisis del Caribe…”

Fidel lo sintetizó aquella noche: “Poseemos proyectiles de largo alcance que no se pueden desmantelar ¡y no serán  desmantelados  jamás…! esa es nuestra  más poderosa  arma estratégica,  de  defensa  estratégica, de ofensiva estratégica. Por eso quiero hacer aquí, dejar constancia, hoy más que nunca de nuestra admiración hacia nuestro pueblo.  Todos los revolucionarios debemos  sentirnos doblemente obligados, a partir de   esta experiencia,  a  luchar por  nuestro pueblo,  a trabajar incansablemente por nuestro pueblo.  Y desde  lo más hondo de mi corazón, para terminar,  quiero decir:  ¡que hoy, más que nunca, me siento orgulloso de ser hijo de este pueblo!”.

LOS CINCO PUNTOS DE LA PAZ CON DIGNIDAD

PRIMERO: Cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económicas que ejercen los Estados Unidos en todas las partes del mundo contra Cuba.

SEGUNDO: Cese de todas las actividades subversivas, lanzamientos y desembarcos de armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones mercenarias, infiltración de espías y sabotajes, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio de Estados Unidos y de algunos países cómplices.

TERCERO:  Cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde bases existentes en Estados Unidos y en Puerto Rico.

CUARTO: Cese de todas las violaciones del espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos.

QUINTO: Retirada de la Base Naval de Guabtánamo y devolución del territorio cubano ocupado por Estados Unidos.

Fidel Castro Ruz

Primer Ministro del Gobierno Revolucionario

BIBLIOGRAFÍA

“Robert Kennedy y sus tiempos”, de Arthur M. Schlesinger Jr.; edit Houghton Mifflin Co, Boston, 1972.

“45 grandes momentos de la Revolución Cubana”, de Julio García Luis, edit Ocean Press, La Habana, Australia, EE.UU. 2000.

Fuente: Portal SCJM

Por REDH-Cuba

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