Lo que ha sucedido durante los últimos días en la isla, oficialmente un Estado Asociado Libre de EEUU, da mucho qué pensar sobre los llamados de “intervención y ayuda humanitaria” que consigna la oposición venezolana desde la Asamblea Nacional en desacato.


Fuente: Misión Verdad

El huracán María causó serios estragos en todas las islas del Caribe. Uno de ellos, Puerto Rico, quedó sin luz eléctrica en casi todo su territorio, su infraestructura sumamente frágil y más de tres decenas de muertos, sin contar los centenares de heridos.

Esta isla es oficialmente un Estado Libre Asociado, no incorporado a los Estados Unidos y con estatus de autogobierno, sin embargo depende del sistema político, económico y financiero de la Unión en su vida cotidiana.

Devastado el país, el gobierno estadounidense tardó dos semanas en atender la situación, y por supuesto las críticas llegaron hasta la Casa Blanca. El presidente Donald Trump trató de justificar hace una semana la ineficacia y lentitud en la respuesta humanitaria en Puerto Rico “argumentando” la distancia que hay entre las costas estadounidenses y su Estado Libre Asociado. Dijo expresamente que “esta es una isla rodeada de agua. De mucha agua. Agua del océano”.

La alcaldesa de San Juan de Puerto Rico, Carmen Yulín Cruz, incluso tuvo que rogar por asistencia humanitaria de parte del gobierno federal estadounidense, ya que la inacción de EEUU y los insuficientes recursos de la isla han causado malestar tanto a las víctimas del desastre como a las autoridades portorriqueñas.

Sin embargo, la secretaria de Seguridad Nacional gringa, Elaine Duke, dijo estar “muy satisfecha” por el apoyo que se está prestando a Puerto Rico. Pero Cruz reprochó las palabras de la funcionaria de la Casa Blanca: “Quizás es una historia de buenas noticias donde ella está. Maldita sea, esta no es una historia de ‘buenas noticias’. Esta es una historia de que la gente está muriendo, esta es una historia de vida o muerte”.

Luego de las quejas, el mismo Trump decidió arribar a la “isla rodeada de agua oceánica” de Puerto Rico el martes. Su visita fue “insultante”, según la alcaldesa Cruz. No es para menos, ya que el presidente estadounidense hizo una broma sobre la situación portorriqueña, refirió comparaciones tendenciosas y fue impreciso en los datos sobre las víctimas producto del huracán María, todo en rueda de prensa.

Además, protagonizó un espectáculo de “pan y circo” con refugiados en una localidad de San Juan.

La “ayuda humanitaria” que ofrece Donald Trump

Una broma que cayó bien entre sus funcionarios allí presentes, pero que a los boricua desencantó de manera muy pesada. Trump dijo a la isla, como si fuera una persona: “Odio decírtelo, Puerto Rico, pero has hecho que el presupuesto esté fuera de control”.

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También resaltó la cuantificación del desastre en Puerto Rico, con otro “argumento” que cayó mal a las autoridades de la isla: “Si miras a una catástrofe real como Katrina (Nueva Orleans, 2005), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora (…) ¿Cuál es el saldo mortal al momento? ¿17? 16 muertes confirmadas, 16 frente a miles”.

Sin embargo, ese mismo día el gobernador de Puerto Rico afirmó que la cantidad oficial de muertos por el huracán María, hasta los momentos, es de 34. Cuestión que no desmerita en urgencia la situación catastrófica de la isla, aunque Trump haya querido bajarle la intensidad a la situación con la comparación referida al desastre producto de Katrina en EEUU hace 12 años. Por ello, el presidente estadounidense dijo que la isla debería “estar orgullosa” del trabajo hecho hasta ahora.

Después de la rueda de prensa, Trump llegó hasta una iglesia que sirve como centro de acopio y de refugiados en la capital portorriqueña, donde lanzó papel higiénico cual jugador de baloncesto, y con una sonrisa, a los allí presentes, imágenes audiovisuales que fueron calificadas por la enojada alcaldesa de San Juan de “terribles y abominables”.

Medios de todo elMision Verdad mundo han criticado más de lo normal al presidente de los EEUU, y no sin razón. Las distancias que hay entre el discurso y las acciones oficiales de la Casa Blanca, las expectativas del gobierno local de Puerto Rico y la situación real de devastación en la isla son insalvables, dignas de una respuesta realmente humanitaria al estilo gringo.

Aunque su peor versión, sin duda alguna, la representa Donald Trump.

La Asamblea Nacional desea el mismo trato que Puerto Rico

Acorde a las expectativas incumplidas por el gobierno estadounidense en Puerto Rico, la oposición venezolana ha pedido a EEUU la tan mentada “ayuda” que reclama por la situación de “crisis humanitaria” que supuestamente existe en Venezuela.

De hecho la Asamblea Nacional de mayoría opositora y en en desacato ante el Tribunal Supremo de Justicia, a finales de marzo de este año aprobó una ley de ayuda humanitaria que permitiría a actores foráneos intervenir en una situación de “crisis humanitaria” en el país.

En consonancia, el Congreso de los EEUU ha estado preparando un presupuesto de defensa nacional para 2018 donde intentan hacer énfasis en “los planes de contingencia del Gobierno de los Estados Unidos para una potencial crisis humanitaria y migratoria en Venezuela si su Gobierno y su economía se derrumban, para incluir los roles y responsabilidades del Departamento de Defensa, y los activos que podrían contribuir a dichos planes”.

Así, Julio Borges, Freddy Guevara y Luis Florido anhelan una “ayuda humanitaria” por parte del gobierno estadounidense que no se alejaría mucho del desdén expresado por Donald Trump y sus funcionarios con respecto a la verdadera crisis humanitaria que Puerto Rico está viviendo desde que el huracán María arrasó con la isla caribeña. Si para un Estado asociado la máxima ayuda ha sido entregar papel higiénico por parte de EEUU, para quienes piden ayuda humanitaria en Venezuela solo podrán esperararse una acción de mayor desprecio. ¿Trump también le dirá a Julio Borges que afectó su presupuesto?

Total, a Julio Borges y Freddy Guevara poco les importa la situación económica actual y la presión que genera sobre la población, de lo contrario no habrían exigido sanciones a EEUU para agudizar el desabastecimiento y la inflación inducida.

Tratándose del mismo discurso y el mismo personaje (Donald Trump), es lógico pensar que detrás de la “ayuda humanitaria” solicitada por la oposición sólo hay retórica y desprecio. Pues en el fondo no resuelve nada, como en Puerto Rico.

Por REDH-Cuba

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