Intervención de Alpidio Alonso Grau, Ministro de Cultura de la República de Cuba, en la Reunión Virtual de Ministros de Cultura convocada por la UNESCO, el día 22 de abril de 2020.

Buenos días. Nuestro saludo fraterno desde La Habana.

Agradecemos a la UNESCO esta iniciativa, en un momento en el que la colaboración y la solidaridad deben prevalecer por sobre las diferencias políticas.

Cuba no escatima recursos y esfuerzos para enfrentar esta pandemia. Guiados por el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez, el pueblo cubano está dando una muestra ejemplar de disciplina, unidad y resistencia.

La crueldad del bloqueo norteamericano, que nos impide adquirir medicinas, equipamientos e insumos, no logrará quebrar la voluntad y creatividad de quienes en hospitales y otros centros y frentes de apoyo, día y noche se entregan a la noble misión de cuidar la salud de los cubanos y devolverle la tranquilidad a las familias.

En primer lugar, de ese ejército de batas blancas, forjado por Fidel, que no solo asiste a los enfermos cubanos, sino que brinda humildemente su servicio en otros 20 países, y que es, a un tiempo, fortaleza y orgullo de nuestro pueblo.

Como parte de ese empeño, los escritores, artistas y trabajadores de la cultura, están haciendo una hermosa contribución. Las instituciones culturales y las organizaciones de creadores, con el apoyo de la televisión, la radio, la prensa y de múltiples plataformas comunicacionales, han concebido y respaldado centenares de acciones e iniciativas portadoras del mensaje humanista y solidario de la cultura. Con ellas, la vida cultural no se ha apagado, y el arte y la literatura continúan presentes entre los cubanos. Cabría decir, que en medio del peligro, asistimos a un verdadero renacimiento de la creación y la participación solidaria.

Habría que significar, que aunque la mayoría de las instituciones han cerrado temporalmente, el Estado Revolucionario decidió mantener el respaldo salarial a creadores y trabajadores de la cultura, con arreglo a diferentes modalidades de trabajo.

Conciertos on line protagonizados por músicos de múltiples generaciones, recitales de poesía vía internet, donaciones de libros en hospitales y centros de aislamiento, presentaciones artísticas desde los balcones, cápsulas televisivas con mensajes educativos, videos caseros que registran escenas de magia, circo, danza y otras manifestaciones, concursos de dibujo y pintura para niños, talleres de artesanos transformados en eficientes fábricas de nasobucos y máscaras protectoras, y decenas de composiciones inspiradas en este dramático momento, dan cuenta de una vitalidad espiritual que se muestra irreductible.

Al propio tiempo, (y ya por último) los más de 8 mil estudiantes de la enseñanza artística, ahora recluidos en sus casas, reciben clases por televisión, que dan continuidad al curso escolar y consolidan sus conocimientos.

Mucho más podría decirse, pero el tiempo no alcanza. Reiteramos, sí, que creemos en las razones inderrotables de la poesía. O sea, que Cuba está de pie, de parte de la vida.

Muchas gracias.

Fuente: La Jiribilla

 

Por REDH-Cuba

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